La almohada Sensuara - Perfectamente diseñada para parejas

No sabíamos muy bien qué esperar, pero la almohada superó todas nuestras expectativas. Es suave pero firme en los puntos adecuados, y el diseño es muy intuitivo. Se acabaron las posturas incómodas y el dolor de espalda: ahora solo sentimos comodidad y cercanía. Ojalá la hubiéramos descubierto antes. ¡Muchas gracias por crearla, ha transformado nuestra relación!

Como persona que sufre de dolor crónico de espalda, dudaba sobre los momentos con mi pareja hasta que descubrimos Sensuara. Las zonas de apoyo estratégicas proporcionan una posición perfecta y eliminan las molestias. Ahora mi pareja y yo podemos centrarnos el uno en el otro en lugar de estar constantemente reajustándonos. ¡Ha sido una compra que ha cambiado nuestra relación!

La almohada ha supuesto un cambio radical en el dormitorio. Antes nos frustraba tener que ajustar las almohadas y los ángulos a mitad de la noche, pero ahora todo fluye mucho mejor. Es cómoda, discreta y muy confortable. Incluso la usamos cuando nos relajamos o vemos Netflix juntos.

Estábamos atrapados en una rutina, siempre en las mismas posiciones, con las mismas dificultades, y ambos fingíamos que todo iba bien. Investigué técnicas, incluso pensé en acudir a terapia, pero nada solucionaba el problema fundamental: la comodidad. La primera noche con esta almohada, mi mujer me preguntó literalmente: ¿Qué has hecho?. No era yo, era el ángulo perfecto. En dos semanas, ella estaba tomando la iniciativa más que nunca.

Después de 20 años de matrimonio, pensé que tal vez simplemente habíamos «superado esa etapa». Mi esposa y yo todavía nos queríamos, pero la intimidad era escasa y, cuando se daba, a menudo terminaba pronto porque uno de los dos se sentía incómodo. Un amigo me habló de este cojín y yo puse los ojos en blanco, hasta que lo probé. Esa primera noche, todo cambió. Sin interrupciones incómodas, sin tensiones en las caderas. Nos sentimos como niños otra vez. Ahora es ella la que sugiere acostarnos temprano y yo he recuperado la confianza.

A medida que fuimos envejeciendo, me di cuenta de que la intimidad se estaba convirtiendo en una tarea más. Mi esposa se movía incómoda, yo me preocupaba por si le estaba haciendo daño y todo eso acababa con el ambiente. Con el cojín, todo vuelve a ser natural. Me ha quitado toda la presión y ella incluso me pide más.